sábado, 20 de noviembre de 2010

Homenaje a don Antonio Machado.

Collioure, agosto del 2007.

Es el sepulcro es don Antonio Machado. El de la foto soy yo. Don Antonio está enterrado en el cementerio del pueblo francés de Collioure. Nunca faltan flores frescas, cartas sujetadas con piedras, velas, placas de institutos de secundaria españoles que lo visitan, banderas republicanas. Hay un buzón de metal para las cartas que recibe. Los que buscamos respuestas sabemos que las encontraremos en sus Poesías Completas.  Era un día lluvioso, los papeles estaban  mojados y la tinta buscaba los surcos para penetrar en la tierra como si fueran diminutas raíces que intentan sorber las fuentes del dolor.



Ironías trágicas del destino, parece que estos versos fueran premonitorios. Cuenta Ian Gibson un testimonio de Madame Quintana, la de la pensión: 
"Un día me dijo José: Mi hermano no puede bajar. Yo le dije: ¿Por qué no bajan ustedes todos juntos a comer?. Y me contestó: "Porque no tenemos ropa de recambio. El día en que uno de los dos se lava la camisa, espera a que el otro acabe la comida y suba para bajar a su vez".
Las tres hijas de su hermano José estaban en Moscú -junto con otros "niños de la guerra" y no tenían noticias "porque no tenemos dinero para escribirles". Cuenta Madame Quintana que su marido exclamó: "¿Por qué no nos lo dijeron antes?. Y les dimos dinero para comprar sellos y escribieron. Después tuvieron noticias".

Falleció el 25 de febrero a las ocho de la tarde. En el bolsillo de su abrigo se encuentra un último verso: "Estos días azules y este sol de la infancia".Fue enterrado en un rincón del cementario reservado para los pobres.

Imagino la España de don Antonio Machado que pudo haber sido y no fue.  ESte año se cumplen 100 años de la Residencia de Estudiantes. Si tenéis ocasión os recomiendo que visitéis la exposición.  La Residencia es hija de la Institución Libre de Enseñanza, donde estudió don Antonio. El proyecto pedagógico más avanzado de Europa, casi aun hoy. El "espíritu de la casa" lo resumía don Francisco Giner de los Ríos así: " Lo que más necesitan, aun los mejores de nuestros buenos estudiantes, es mayor intensidad de vida, mayor actividad para todo, en espíritu y cuerpo: trabajar más, sentir más, pensar más, querer más, jugar más, dormir más, amar más, lavarse más, divertirse más" (1887). Otra hija de la Institución fueron las Misiones pedagógicas que se basaban en la confianza en la cultura como fuerza redentora que elevaría a los subditos a la condición de ciudadanos libres e iguales. 

La España de don Antonio hubiera sido más culta, más moderna, más laica, más justa, más libre, más republicana. La dictadura se encargó de erradicar la cultura, pues los espirítus críticos no son convenientes para el poder. La Iglesia invistió al Dictador de un aura mesiánica redentora y lo cubrió bajo palio. Los caciques nos sometieron a clientelismo político y nos degradaron a la condición de subditos. En los cajones quederon las reformas educativas, agrícolas y las reformas de los militares.

Lorca fusilado, Miguel Hernández, muerto como un perro en la cárcel: Machado en el exilio. Los poetas del sufrimiento. Hace unos años, me encontré con Alfonso Guerra, vicepresidente del gobierno socialista (1982-1991) en una librería de Sevilla. Lo saludé y le pedí un autográfo en una antología de nuestro poeta para regalarsela a un socialista de Ablitas. Al tiempo, pensé ¿no se habrán planteado la repatriación de Machado, como símbolo nacional, y de Manuel Azaña, presidente de la República? Me duele sentirlos tan lejos, cubiertos por el "polvo de un país" extraño. Siendo estos exiliados personajes-símbolos, ¿no se podría pensar que la reparación se haría extensible a todos?